DESVENTAJAS

Al igual que cualquier otra estructura, los muros de contención presentan debilidades y situaciones indeseables que se deben tomar en cuenta a la hora de diseñarlos, sean estas:

La caída del muro por efecto de su giro sobre una arista: Los esfuerzos horizontales contra el muro tienden a deslizar y volcar. Esta presión depende de las dimensiones y el peso de la masa de tierra; por otro lado, dichas dimensiones y peso dependen de la naturaleza del terreno (o sea, el tipo de tierra, pues no es lo mismo contener un suelo arenoso a contener uno arcilloso) y también de contenido de agua en la tierra.
Para lograr la estabilidad de un muro de contención, deben oponerse un conjunto de fuerzas que contrarresten los empujes
horizontales y también los esfuerzos verticales transmitidos por pilares o paredes de carga.

Deslizamiento paralelo a su asiento sobre el suelo: En casos cuando el muro es lo suficientemente pesado como para no volcarse y mantenerse perpendicular al suelo, pero su asiento o unión al suelo no presenta la constitución correcta, puede ocurrir que el terreno empuje al muro paralela y horizontalmente al suelo donde está colocado, provocando que avance sin volcarse, y por lo tanto el terreno también avanzará, provocando una incorrecta contención de este.

El muro contrarresta el empuje del terreno con:
1. Su peso propio, al ser elementos fabricados de concreto suelen tener un peso elevado, pero debe calcularse este en función con el terreno, para que sea suficiente.
2. El peso de la tierra sobre un elemento del muro (talón o puntera). Equivale a que el terreno esté siempre “majando” este talón y esto evita el vuelco.

En las situaciones anteriores el muro trabaja fundamentalmente a flexión,
Siendo la compresión vertical debida a su peso propio generalmente despreciable.

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